España es sin duda uno de los países europeos con más éxito en la atracción de turistas. Baleares, Canarias y Barcelona son los destinos españoles de turismo de masas más exitosos. Sin embargo, las cosas están cambiando a medida que las islas españolas replantean su modelo turístico.
Pocos políticos están dispuestos a desafiar el statu quo económico cuando los resultados a corto plazo son satisfactorios. Los riesgos a largo plazo parecen exagerados y el costo de abordarlos políticamente es demasiado ineficiente.
Lanzarote, una de las Islas Canarias, es uno de los destinos vacacionales españoles de mayor éxito, especialmente para los turistas británicos. Su presidenta, la socialdemócrata María Dolores Corujo, no teme enfadar a los políticos de la oposición ya muchos operadores de la industria proponiendo un nuevo modelo de negocio para el sector turístico de la isla.
A principios de este año, Corujo provocó una gran polémica cuando anunció que Lanzarote estaba «llena» y quería cambiar su enfoque turístico. En la reciente Feria de Turismo de Berlín, argumentó: “Es necesario trabajar en la diversificación del sector y el desarrollo de mercados como el alemán, que se adecua a nuestros objetivos de turismo de alta gama y veraneantes de alto gasto”. ‘Aquí estamos, alejándonos del turismo de masas'».
Como es de esperar cuando los políticos cuestionan las comodidades del statu quo, los comentarios de Corujo fueron interpretados como «groseros» por algunos agentes de viajes británicos e incluso por la oposición política de su isla. El opositor Partido Popular, conservador, criticó al gobierno de la isla e insistió en que los comentarios del presidente habían dañado la imagen turística de Lanzarote.
Miembro de Podemos Canarias, un partido político de izquierda aliado con los socialistas en el gobierno de la isla, Corujo dijo que no previó el clamor que generarían sus comentarios. Lo describió como «un anuncio que podría cambiar para siempre la forma en que nuestra gente gana su comida».
Vecinos, empresarios, ecologistas, peñas y asociaciones mantienen una serie de encuentros “para proponer soluciones a la congestión de las playas de Lanzarote y parte de los pueblos en general”.
En una reunión, muchos lugareños insistieron en que la isla estaba superpoblada, con «demasiada gente, autos y basura». También se quejan de que «hay demasiados vehículos, incluidas caravanas y autocaravanas, y demasiados coches buscando plaza».
Carmen Portella de Desert Watch dice: «La situación es insostenible y está empeorando».
El overtourism ha impulsado el mercado inmobiliario en las islas turísticas españolas… Sin embargo, las islas también han visto un aumento en el número de empleados que viven y trabajan allí, que también necesitan vivienda.
Corujo cree que “los grandes retos de Lanzarote pasan por frenar el desarrollo turístico ante el proceso de reducción de la oferta de alojamiento manteniendo y mejorando los ingresos que generan los visitantes de la isla”.
Corujo sigue el ejemplo de Baleares, la Costa del Sol y Barcelona, que llevan tiempo reconfigurando sus estrategias turísticas. Si bien aún falta definir claramente los detalles de la estrategia de «desaturación» de Lanzarote, Corujo cree que pueden incluir «esfuerzos para limitar el crecimiento del número de vehículos asociados al turismo, racionalizar la llegada de cruceros o limitar el crecimiento». alquileres vacacionales sin crear ninguna crisis reputacional en los mercados de oferta”.
En algunas zonas, la concentración del turismo en España está destinada a doler aún más el dolor de las familias de bajos ingresos. Una joven residente de Mallorca, Rona Pineda, le dijo a Bloomberg: “La gente ahora está buscando cómo sobrevivir. Es muy difícil encontrar un lugar para vivir en estos días si tienes un salario modesto.
La racionalización de los modelos turísticos a menudo se ha quedado en el camino. Algunos españoles escépticos creen que nada pasará en Lanzarote y otras islas españolas. Sin embargo, Corujo se siente intimidado por las dudas de los escépticos sobre la necesidad de una reforma.
Insiste: “Aunque nos intente picar el espectro del miedo al daño a la imagen de Lanzarote, vamos a seguir fomentando el debate sobre los límites del desarrollo. El único modelo viable debe basarse en la sostenibilidad social y medioambiental.
El exceso de turismo ha impulsado el mercado inmobiliario en las islas turísticas españolas. Mallorca ha sumado 10 hoteles de cinco estrellas desde 2018. Ibiza ha duplicado su número de resorts de alta gama desde 2016. Sin embargo, las islas han visto un número cada vez mayor de empleados que viven y trabajan allí, que también necesitan vivienda. Esto alimenta aún más la demanda de vivienda, haciéndola aún más difícil para la población local.
La lógica detrás de la necesidad de limitar la dependencia del turismo de masas es incuestionable. Sin embargo, el talón de Aquiles de esta estrategia siempre será la capacidad de liderazgo de la industria para impulsar este cambio.
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