Nuevas novelas policiacas – The New York Times

Hay una cualidad maravillosamente siniestra en las novelas de Ed Lynn, que combina representaciones de crímenes oscuros con un sentido del absurdo. Death Never Forgets (Soho Crime, 278 págs., $27,95) El cuarto libro presenta a Jing-Nan, que tiene un puesto en el Mercado Nocturno Shilin de Taipei. Aquí se encuentra en una situación muy preocupante por quién ganó la lotería: un hombre voluble y peripatético llamado Boxer, que paga de más en un bar. Esto es desafortunado, porque el boxeador le debe la mitad a Su-lien, la madre de la novia de Jing-nan. Poco después de que Su-lien atrae a Jing-nan para recolectar los fondos, el boxeador es encontrado muerto. Jing-Nan es interrogado breve (y brutalmente) por un capitán de policía que está feliz de culparlo por el asesinato.

Los misterios externos superpuestos atraen la atención de Jing-nan, pero los internos también lo confunden. ¿Quiere expandir su negocio? ¿Qué pasa con sus amados colegas que están atrapados con sus propios problemas? ¿Su novia quiere que vuelva a la universidad? «Tenía miedo de querer lo que nunca tuvo. Una vida familiar estable, una que no estuviera en el estrés constante de trabajar duro en el mercado nocturno… Una vida feliz. Eso era lo que lo asustaba.

En la introducción de Ashton Noone, Vicious Creatures (Scarlett, 312 págs., $25,95), hay algo en el bosque – y no es feliz. Hace un siglo, en Wildwood, Oregón, casi todos los colonos originales caminaron hacia el indescriptible bosque que los rodeaba, para nunca más ser vistos. Las tres familias doradas y sus descendientes, todos ricos, han gobernado la ciudad desde entonces.

Un bosque lleno de «abetos con agujas afiladas lo suficientemente gruesas como para destruir el sol, la luna y todas las estrellas del cielo» es un lugar siniestro. Un adolescente local, Adam Albright, es asesinado allí mientras uno de sus amigos, Ava Montgomery, está huyendo. Quince años después, regresa a Wildwood con una hija adolescente y una muñeca rota a manos de su esposo abusivo, atormentada por una paranoia cada vez mayor. ¿El peligro que la amenaza proviene del mundo natural, de las personas que alguna vez consideró sus amigos, o de ambos? Una cosa está clara: le espera un ajuste de cuentas.

«Creatures of Evil» tiene dos agujeros en la trama, y ​​al menos una pieza faltante sin resolver huele a simbolismo. Pero a los lectores les resultará difícil dejar de lado el miedo y la tensión de la novela.