Un científico de la NASA quiere explorar el interior de Urano

Urano no ha sido pinchado, aguijoneado o cuestionado por la NASA en más de 30 años, y un científico quiere prestarle la atención que merece.

de TeeJay Pequeño | publicado hace 9 minutos

Si eres fanático de una galaxia muy, muy lejana aventura guerra de las Galaxias películas o simplemente un humilde viajero maravillado con la ciencia moderna desde lejos, una cosa es segura: todos tenemos un poco de curiosidad acerca de lo que está pasando en Urano. La NASA no había enviado una nave espacial al gigante gaseoso distante en más de 30 años cuando la Voyager 2 realizó una inspección atmosférica en 1986. Ahora, según ciencia.orgParece que finalmente podemos estar listos para explorar los vastos y desconocidos rincones de Urano, utilizando orbitadores y sondas para realizar comprobaciones exhaustivas.

Urano, por supuesto, es el séptimo planeta desde el sol de nuestro sistema solar y lleva el nombre del dios de la mitología griega, abuelo de Zeus. Con una superficie de 3,121 billones de millas cuadradas, el planeta tiene la cuarta masa planetaria más grande y el tercer radio planetario más grande del Sistema Solar. Todo esto significa que Urano es absolutamente gigantesco y lleno de rarezas para explorar.

Sin mencionar las 27 lunas que orbitan el gigante helado gaseoso, el planeta distante tiene una gran cantidad de descubrimientos científicos fascinantes para estudiar. Desde que los humanos pisaron la luna por primera vez en 1969, la NASA ha estado trabajando en descubrimientos aún más grandes en todo el sistema solar, incluidos muchos descubrimientos fascinantes de agua y cristales en Marte. Eso es lo que la científica de la NASA Kathleen E. Mandt espera replicar con una sonda a la superficie lejana de Urano, en busca de agua líquida o diversos grados de solidez en la vasta superficie del planeta.

La sonda en cuestión también enseñará a los niños y a las generaciones futuras sobre el origen de Urano, como cuándo se formó y qué proceso condujo a su existencia. La sonda también buscará verificar qué tan lejos se ha movido Urano de su posición original, si es que se ha movido algo. Urano es tan grande que medir su trayectoria requeriría de cientos de científicos trabajando día y noche, analizando cuidadosamente los más mínimos cambios en la trayectoria.

Con la Voyager 2 actualmente como el único intento de explorar Urano, parecía que nadie tenía el descaro de volver a hacer trampa hasta que Kathleen E. Mandt hizo su última propuesta para sumergirse en el reino misterioso. La propuesta de Mandt está siendo examinada como parte de la encuesta decadal de la NASA, que realiza cada década para determinar las prioridades tecnológicas y las capacidades de la ciencia moderna para cambiar su enfoque hacia los desarrollos más urgentes posibles. La comunidad científica solo anhela ingresar a Urano, ya que las encuestas son muy costosas pero siempre son una forma efectiva de recopilación de información innovadora.

Una posible exploración de Urano podría revelar secretos del sistema solar con los que los científicos en el pasado solo podían soñar. Con los últimos 30 años generando innumerables avances en ciencia y tecnología, el futuro de la exploración espacial pronto podría reflejar las predicciones cinematográficas de Christopher Nolan en 2014. Interestelar. Ya sea que la NASA acepte financiar el proyecto e investigar audazmente lugares que nadie ha investigado antes, podemos estar seguros de que Urano algún día puede tener la clave para desbloquear los viajes espaciales interestelares a galaxias distantes en todo el universo.