El estado de emergencia otorgará a las autoridades poderes más amplios para monitorear y controlar los movimientos de personas.
El gobierno polaco le pidió el martes al presidente que declarara el estado de emergencia en dos regiones de su frontera con Bielorrusia después de que los guardias fronterizos polacos dijeron que habían ocurrido cientos de cruces irregulares este mes.
Polonia comenzó a construir una cerca de alambre de púas la semana pasada a lo largo de la frontera en un intento por detener el flujo de solicitantes de asilo de países como Irak y Afganistán a través de Bielorrusia.
El estado de emergencia otorgará a las autoridades poderes más amplios para monitorear y controlar los movimientos de personas.
Es probable que el presidente Andrzej Duda, un aliado cercano del partido gobernante Ley y Justicia nacionalista, apruebe el estado de emergencia, que durará 30 días y cubrirá partes de las regiones de Podlaskie y Lubelski.
«La situación en la frontera con Bielorrusia es una crisis y sigue siendo tensa», dijo el primer ministro Mateusz Morawiecki en una conferencia de prensa cuando se anunció la medida.
Las relaciones entre la Unión Europea y Bielorrusia se han deteriorado drásticamente durante el año pasado desde que el presidente Alexander Lukashenko declaró la victoria en unas elecciones que sus oponentes y los países occidentales dicen que están amañadas.
La Unión Europea impuso sanciones económicas a Bielorrusia y acusó a Lukashenko de alentar deliberadamente a los solicitantes de asilo a cruzar irregularmente a Polonia, los países bálticos, Letonia y Lituania en una forma de «guerra híbrida».
«El régimen de Lukashenko decidió empujar a estas personas a tierras polacas, lituanas y letonas en un intento de desestabilizarlas», dijo Morawiecki.
El ministro del Interior, Mariusz Kaminsky, dijo que el estado de emergencia planeado se aplicaría principalmente a áreas en o cerca de la frontera.
Polonia también ve el comportamiento de Bielorrusia como una represalia por la decisión de Varsovia de otorgar un refugio deportivo a Kristina Tsimanoskaya, una atleta bielorrusa que se negó a regresar a casa de los Juegos Olímpicos de Tokio. Minsk no respondió a las solicitudes de comentarios.
Las autoridades polacas se han enfrentado a críticas de grupos de derechos humanos por no aceptar solicitantes de asilo y negarles el acceso a una atención médica adecuada en la frontera. Varsovia dice que es responsabilidad de las autoridades bielorrusas.
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