Pete Jenson: La renuencia de la RFEF a tratar adecuadamente a Luis Rubiales y su escándalo del ‘kiss gate’ ha dañado irreparablemente la candidatura al Mundial 2030.

Las cosas son así: un día ganas el Mundial; Al día siguiente pierdes uno. Esto es lo que realmente le pasó a España.

El 20 de agosto, su equipo femenino levantó la Copa del Mundo en Australia, y en aproximadamente 48 horas perdió el torneo masculino de 2030, o más exactamente, su oportunidad de albergarlo.

España se merece el Mundial. El torneo no se organiza desde hace 41 años. Tiene una excelente red de ferrocarriles y carreteras. Tiene una merecida reputación de hospitalidad y tiene en el Santiago Bernabéu, el Civitas Metropolitano, San Mamés de Bilbao y (dentro de dos años) el nuevo Camp Nou cuatro de los mejores estadios de Europa. Además de ese patio, hay muchos otros estadios buenos y es un país adecuado para el fútbol.

Qué lástima, entonces, que sus posibilidades se hayan visto irreparablemente dañadas por la negativa de la FIFA a abordar adecuadamente la mala conducta de su presidente, Luis Rubiales.

El ahora suspendido presidente de la RFEF podría haber rechazado algunos de esos primeros llamados para que dimitiera si se hubiera disculpado inmediatamente la mañana en que él y el equipo volaron de regreso a España por su error. Su horrible agarre en la entrepierna en la final y su beso totalmente inapropiado y de abuso de poder en los labios de la internacional española Jenny Hermoso.

En cambio, después de llamar «idiotas» a sus críticos en una entrevista de radio, dijo en una entrevista: «Si he ofendido a alguien, no tengo otra alternativa que disculparme». Como era de esperar, la disculpa no fue aceptada.

También convocó a una reunión de emergencia de la organización que aún controlaba. Sólo asistieron la mitad de los 140 miembros, pero se pidió al personal del sindicato que se dirigiera a la sala de reuniones con la impresión de que lo verían dimitir, pero él gritó cinco veces: «No dimitiré».

El ministro español de Deportes, Víctor Francos, se refirió al mayor problema a largo plazo del país con el escándalo cuando dijo: «No me gusta engañar a la gente, estoy preocupado».

Y añadió: Hace dos semanas estábamos en una mejor posición que ahora para el Mundial de 2030. El deporte y el fútbol español no es lo que vemos estos días.

Prometió un cambio en el fútbol español y añadió: «A partir del 1 de enero de 2024, todas las federaciones españolas tendrán que tener un 40% de mujeres en sus empleados».

Pero para entonces quedó claro que el gobierno español no podía expulsar a Rubiales. Confiaron completamente en que los tribunales lo investigaran primero, y sólo entonces podrían suspenderlo y luego reemplazarlo si lo declaraban culpable de un delito.

Y con Rubiales negándose a dimitir y continuando con el ataque, lo que llevó a la FIFA no sólo a suspenderlo sino a impedirle contactar o presionar a Hermoso, estaba claro que le correspondería a la Federación Española de Fútbol tomar una posición. Y optaron por no hacerlo.

Y cuando finalmente se movilizaron para insistir en que Rubiales dimitiera de su cargo con efecto inmediato tras lo que calificaron como su «comportamiento inaceptable que causó un grave daño a la imagen del fútbol español», había pasado más de una semana desde los hechos originales.

¿Por qué tomó tanto tiempo? Debido a la forma en que está estructurada la Federación, muchas de sus partes constituyentes dependen del Presidente de la Federación para sus empleos y subsidios, y a muchas de ellas les ha resultado imposible adoptar una postura independiente para mejorar el fútbol español.

De hecho, Rubiales despidió a todos sus adjuntos excepto al hombre más leal a él, Pedro Rocha. Lo hizo sabiendo que sería suspendido, y eso garantizaba que su hombre asumiría el cargo de jefe interino.

Al momento de escribir este artículo, el jefe de árbitros de España, Luis Medina, aún no ha condenado el comportamiento de Rubiales, y fue designado por Rubiales cuando asumió la presidencia en 2018. Y así es como funciona.

Otro truco de Rubiales tras su tormentoso comportamiento en la final fue que uno de sus hombres de confianza, Andrew Campes, pidiera a la UEFA que presionara a la RFEF y amenazara con expulsarla de las competiciones europeas debido a la interferencia del gobierno sobre quién dirige la competición. federación.

La reacción en España ante esta acusación -lejos de indignarse por intentar sabotear a los clubes españoles (cualquier cosa para salvar a Rubiales)- fue señalar que el gobierno español no había estado suficientemente involucrado en el funcionamiento de la federación. Ha habido una larga lista de escándalos, muchos de ellos de escala suficiente para sugerir que Rubiales debería haber sido destituido.

Y si estos escándalos se han mantenido fuera de la atención mundial, una vez se publicó en línea una sensacional entrevista realizada por el tío de Rubiales el miércoles.

Juan Rubiales se convirtió en jefe de gabinete de su sobrino Luis Rubiales en mayo de 2018, pero su sobrino despidió a su tío dos años después por desacuerdos sobre cómo se debía realizar el trabajo.

El tío Rubiales denunció entonces supuestas irregularidades en la gestión de la federación por parte de su sobrino, pero nunca se hizo nada.

Esta semana ha vuelto a los delitos menores que percibe en una serie de entrevistas, una con confidencialidad Quien en 2022 publicó «Expediente de la Supercopa», una investigación sobre la forma en que Rubiales traspasó la Supercopa de España a Arabia Saudí por 40 millones de euros por temporada.

En la sorprendente entrevista con ellos, afirmó que su sobrino le pidió que tomara dinero del sindicato y se lo diera a su padre. Él se negó y afirmó que esto sucedió dos días antes de ser despedido.

«Es una persona cobarde», dijo. confidencialidad.

«Es un cobarde.» Por eso, si lo ves, siempre está rodeado de mucha gente. Por eso siempre prepara las cenas en casa hasta altas horas de la madrugada, rodeado de su familia.

«Lo que pasa es que cuando se pone el sombrero de su jefe, claro que se siente el mejor. En la Unión, en los primeros meses de su presidencia, empezaron a llamarlo Kennedy, porque el hombre pensaba que era Kennedy. Y por eso Creencia con la que trataba a las personas: falta de respeto, desprecio, arrogancia.

Entre estas evaluaciones condenatorias del carácter, el tío de Rubiales también acusó de un viaje a Nueva York pagado por el sindicato con el argumento de que era un negocio y era puro placer. Fiesta de la Federación con «señoritas invitadas». la grabación ilegal de mensajes telefónicos y el acoso a la exministra de Deportes Irene Lozano hasta el punto de obligarla a abandonar su cargo.

Rubiales niega todas estas acusaciones, pero su tío las reiteró durante su ronda de entrevistas esta semana, afirmando que era hora de revelar este comportamiento en beneficio de todos.

Fue un ejercicio de esparcir los trapos sucios que fluirán hacia las oficinas de la FIFA y la UEFA, ya que indica el nivel de corrupción desenfrenada que existe en la Federación Española de Fútbol.

La única salida para ellos ahora es adelantar las elecciones actualmente previstas después de los Juegos Olímpicos del próximo año y proceder bajo un nuevo líder independientemente del resultado de las diversas investigaciones abiertas sobre Rubiales.

Pero por el momento no hay indicios de que esto vaya a suceder. Parece que el presidente interino Rocha no tiene interés en convocar un voto de confianza. Es cierto que la federación pidió la dimisión de Rubiales, pero este trámite no significa nada a menos que él responda y no tenga intención de hacerlo.

Si la investigación de la FIFA termina sin sanción y un caso de larga duración continúa en España, su sombra se cernirá sobre la federación en el futuro previsible.

La renuencia de la federación a tomar medidas reales tiene sus raíces en el gran número de aliados de Rubiales que se le resisten desde dentro de la organización debido a su lealtad al hombre al que todavía consideran su jefe.

Y cuanto más tiempo permanezcan así, más credibilidad se pierde y menos probable es que el Santiago Bernabéu, el nuevo Camp Nou, y San Mamés acojan las semifinales y la final del Mundial de 2030.