Foster Hirsch en su libro «Hollywood y las películas de los años 50»

«Recuerdo dónde me senté».

Estas palabras, esta introducción a la memoria, lanzan el completo y caprichoso libro de Foster Hirsch sobre la historia del cine, «Películas de Hollywood y de los años 50«, un estudio que logra ser a la vez personal y completo. Hirsch, un veterano profesor de cine en el Brooklyn College cuyos libros anteriores incluyen el cine negro de Woody Allen, recuerda el día, el 30 de abril de 1953, cuando se unió a una sala repleta en la Warner. Hollywood Theatre, «una majestuosa película al estilo español ‘Mansión en Hollywood Boulevard'», para disfrutar de un nuevo formato de exhibición en pantalla ancha llamado Cinerama.

Como él mismo escribe: “Este artefacto casi olvidado me parece un producto ejemplar de mediados de siglo, un reflejo de las principales corrientes artísticas, culturales y sociales de su época”. Pero lo que realmente se trasluce en los escritos de Hirsch es que fueron muy divertidos para un niño que creció en los viejos palacios del cine de pantalla única, en una época en la que Hollywood intentaba desesperadamente reinventarse frente a ello. Su nuevo competidor está de repente en todas partes: la televisión.

El nuevo libro de Hirsch cubre muchos temas, incluidos los formatos de pantalla ancha competitivos de la época (¡VistaVision! WarnerSuperScope! Eidophor!); el enfoque incómodo pero a menudo conmovedor de la industria hacia las cuestiones de raza y homosexualidad; Muerte del sistema de estudio. La lista negra de Hollywood. Pero el libro es más valioso como relato personal de cómo era ir al cine en una época en la que la popularidad de la industria estaba en riesgo y hacía todo lo posible para mantener la relevancia de su producto.

Para que conste, Hirsch se sentó en medio del balcón para ver This Is Cinerama, que era más un diario de viajes tecnológico que un largometraje.

“Fue una experiencia extraordinaria”, dijo en una entrevista en video desde su casa en Manhattan. «Yo era sólo un niño, tenía 9 o 10 años». Pero Hirsch, que estaba a punto de cumplir 80 años, escribe sobre esto como si hubiera sucedido ayer:

“Cuando se abrieron las cortinas, fuimos envueltos por una pantalla curva de tres paneles que parecía extenderse tan ancho y tan alto como los límites de la visión humana, mientras que al mismo tiempo nos inundaban sonidos que nos llegaban desde todas direcciones. …mientras la cámara nos situaba, con un instantáneo ‘Estás ahí’, en el asiento delantero de la montaña rusa que desciende, se desliza, se desvía y se lanza a velocidades vertiginosas sobre la sinuosa pista por la que viajar. Parque infantil Rockaway Un parque de atracciones en Nueva York”.

Suena más divertido que Netflix y tranquilo, especialmente en lo que respecta a la memoria fotográfica de Hirsch. (Aunque existen contrapartes contemporáneas, como IMAX y Sphere, el nuevo estadio equipado con LED en Las Vegas, que hoy se consideraría Cinerama).

Hirsch traza un baile difícil realizado por los estudios, que buscan complacer a los cinéfilos leales, a menudo mayores, con comida más tradicional mientras hacen lo mejor que pueden, como una vez imploró Ezra Pound a sus compañeros modernistas, para hacerlo nuevo. Por ejemplo, Warner Bros. Continúa su tradición de producir películas de gánsteres como White Heat, Crime Wave y The Breaking Point, pero también produjo algunas películas realmente extrañas y memorables de la época, incluida Storm Waring, “en la que Ginger Rogers es testigo del asesinato de un miembro del Ku Klux”. Reportera del Klan en un pueblo Una joven sureña. Resulta que el líder de la banda es su cuñado. Ronald Reagan interpreta el papel de un fiscal que asume la lucha contra el Ku Klux Klan.

Marlon Brando en The Wild One (1953), dirigida por Laszlo Benedek, es la película que define la década.

(Columbia/Fotofest)

Hirsch tiene una habilidad especial para abordar artefactos sólidos, películas de serie B y géneros que han caído en desgracia a lo largo de los años, como las epopeyas religiosas (“La Túnica”, “Los Diez Mandamientos” y otras películas que quedaron superadas décadas antes de “Star Wars”). y «Creo que las epopeyas son geniales, pero son un gusto adquirido y sé que ahora no son populares», dice Hirsch. «Han sido descartadas por la crítica durante décadas. Soy raro porque tengo una debilidad por para ellos.»

Pregúntele a Hirsch cuánto tiempo pasó trabajando en el libro y obtendrá dos tipos de respuestas. A nivel práctico, de investigación y redacción, trabaja en este campo desde hace aproximadamente 10 años. Pero Hirsch era uno de esos niños que querían estudiar y escribir sobre películas tan pronto como supo que eso era posible.

«La respuesta honesta es que he estado trabajando en esto durante 70 años», dice. “No lo sabía en ese momento, pero comencé a escribir un libro sobre películas de los años 50 cuando las vi cuando era niño… La gente me pregunta: ‘Bueno, ¿no querías dirigir películas?’ o escribir guiones. ?No, sólo quería escribir crítica cinematográfica.

«Hollywood y las películas de los años 1950» es en sí mismo un bienvenido retroceso: un libro grande y ambicioso de historia del cine publicado por una de las principales casas cinematográficas (Knopf), en contraposición a las habituales crónicas de una sola película que parecen dominar las estanterías de cine en Estados Unidos. librerías (como son). . Es un gran libro ilustrado. «Es un libro sobre CinemaScope, y un libro sobre CinemaScope», dice con orgullo.

El libro de Foster Hirsch «Hollywood and the Movies of the 1950s» es un estudio amplio, completo y algo íntimo de la época. (Knopf/Michael Lionstar)

Robert Warshaw escribió una vez: «Un hombre va al cine». «El crítico debe ser lo suficientemente honesto como para admitir que él es ese hombre». Es seguro decir que Hirsch no tiene problemas en confesar.

«Es un enfoque muy personal», dice. «Es mi punto de vista. Soy un historiador de cine que realmente vivió ese período, por lo que mis colegas más jóvenes que escriben sobre los años 50, y espero que escriban sobre los años 50, tendrán un punto de vista diferente al mío. hacer.»

En resumen, recuerda dónde está sentado.

Vognar es un escritor independiente que vive en Houston.