El Papa Francisco está concluyendo un viaje de cuatro días a Mongolia, que versó tanto sobre geopolítica como sobre religión.
El Papa Francisco llamó a los católicos en China a ser «buenos cristianos y buenos ciudadanos» y se acercó a Beijing durante su visita a la vecina Mongolia.
Las relaciones entre el Vaticano y Beijing, que no han tenido relaciones diplomáticas formales en más de 70 años, son tensas por el gobierno católico en China a pesar de un acuerdo sobre el tema en 2018.
Después de la misa en la capital de Mongolia, Ulán Bator, el domingo, Francisco centró su atención en la China oficialmente atea, algunos de cuyos ciudadanos habían volado para la visita papal.
El pontífice de 86 años, flanqueado por el arzobispo de Hong Kong, Stephen Chow, y su obispo titular, el cardenal John Tong Hun, dijo que se unieron a él para enviar «calurosos saludos al noble pueblo chino».
Zhao visitó Beijing en abril, la primera visita de un obispo de Hong Kong en más de treinta años.
“Deseo lo mejor para el pueblo”, dijo el Papa. A los católicos chinos les pido que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos.
Entre la multitud se encontraba una mujer china que había viajado a Mongolia desde la ciudad noroccidental de Xi’an.
«Fue un poco difícil venir», dijo, revelando que dos de los organizadores del viaje de su grupo a China habían sido detenidos.
“Déjame decirte que me da mucha vergüenza cargar con esto. [Chinese] Ella dijo: La bandera nacional.
«Pero necesito sostenerlo y decirle al Papa lo difícil que es para nosotros».
En Mongolia hay sólo unos 1.450 católicos y casi toda la comunidad participó en la misa presidida por el Papa en la capital.
Se estima que hay entre 10 y 12 millones de católicos en China, que ha seguido nombrando obispos sin la aprobación del Vaticano como parte de una campaña de «sinificación» diseñada para garantizar la obediencia sólo al gobernante Partido Comunista. En abril, Beijing nombró un nuevo obispo de Shanghai, la diócesis más grande del país.
Otra mujer china que asistió a Misa en Mongolia dijo que se sentía «muy bendecida» de asistir a Misa y ver al Papa.
«Tener nuestra propia religión no significa que estemos en contra de nuestro país», afirmó a la AFP esta mujer de la provincia de Hebei. «De hecho, estamos orando por nuestro país».
La frase que usó el Papa el domingo – “buenos cristianos y buenos ciudadanos” – es una que el Vaticano usa con frecuencia para tratar de convencer a los gobiernos comunistas de que dar más libertad a los católicos sólo ayudará a que sus países avancen social y económicamente.
El Vaticano utilizó la misma frase en relación con Vietnam, donde en julio mejoró las relaciones al permitir que el Vaticano tuviera un legado papal residente en Hanoi.
El Vaticano pidió a China que permitiera una oficina similar en Beijing.
Zhao, quien será nombrado cardenal por el Papa este mes, dijo a los periodistas en un evento papal el sábado que esperaba que la iglesia en Hong Kong pudiera ser un «puente» con China continental.
El Papa Francisco, que se autodenomina «Peregrino de la Amistad», ensalzó las virtudes de Mongolia durante su visita, pero advirtió sobre los peligros de la corrupción y la degradación ambiental, dos grandes desafíos que enfrenta la nación.
La capital tiene una de las peores calidades de aire del mundo y el escándalo de malversación de fondos provocó protestas callejeras masivas el año pasado.
Grandes zonas del país también corren riesgo de desertificación debido al cambio climático, el pastoreo excesivo y la minería.
Está previsto que el Papa abandone Mongolia más tarde el lunes.
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